miércoles, 15 de agosto de 2007

William Burroughs: yonqui y poeta

Alguien capaz de estar meses enteros mirándose la punta del zapato es alguien, cuanto menos, diferente. William Burroughs era un yonqui y un genio literario. Padre de una literatura que te avasalla como un tsunami, que te lleva hasta el terreno de lo extraño e ilógico. Bienvenidos al mundo podrido y maravilloso del señor Burroughs. La obra que mejor plasma el interior selvático y oscuro de éste autor, la novela El Almuerzo Desnudo, hay que leerla con intención de dejarse embargar, si buscáis la lógica entre sus páginas tacharéis el libro de bazofia absoluta. No entendemos muchas cosas del mundo y nos gusta, pues lo mismo se aplica aquí. Me callo ya y os dejo algunos párrafos del libro, espero que os agraden ^__^

“lascivias de negros insectos se abren en vastos paisajes de otros planetas... Conceptos abstractos, desnudos como fórmulas algebraicas, reducidos a estiércol negro”

“salimos para Nueva Orleans, y pasamos junto a lagos iridiscentes y llamaradas rojizas de los mecheros de gas, y montones de desperdicios, caimanes que se arrastran entre botellas rotas y latas vacías, arabescos de neón de los moteles, chulos solitarios que gritan obscenidades a los coches que pasan desde sus islas de basura”

“migraciones, viajes increíbles a través de desiertos y selvas y montañas (éxtasis y muerte en valles cerrados de las montañas en los que las plantas nacen del sexo, inmensos crustáceos se incuban en el interior y rompen el cascarón del cuerpo) cruzando el Pacífico en piragua hasta la Isla de Pascua”



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